Obesidad infantil: Un problema aún sin solución

Las encuestas sobre obesidad infantil en Chile son claras: el 20% de los niños que están hoy en primero básico tiene este problema.

Casi un año atrás tuve la oportunidad de escribir una columna en Revista Qué Pasa, pidiéndole a la Primera Dama que –emulando lo hecho por Michelle Obama con Let`s Move– tomara rápidas acciones en Chile para combatir con prontitud la mala alimentación de nuestros niños,  convertidos en obesos hace un buen rato.

Han transcurrido algunos meses y cosas nuevas han sucedido (obviamente no por la provocación que intentó generar quien les habla). Sin embargo me siento en la obligación de volver a insistir en el tema. Las cifras de la última  Encuesta Nacional de Salud 2009-2010 nos pusieron por delante un espejo frente al cual no podemos cerrar los ojos: el 20% de los niños que están hoy en primero básico es obeso. Ni hablar de los adultos: hay 10 millones de chilenos afectados por el sobre peso. Chile entró de lleno a la “globesidad”.

Lo único que queda por hacer para que las cosas cambien es generar un cambio en los hábitos de grandes chicos. Y para ello se requiere partir cuanto antes, dado que se trata de procesos que toman tiempo. La misma Michelle Obama –a quien pronto tendremos de visita en Chile- acaba de entregar la evaluación de su primer año de campaña. No hay números aún que muestren un cambio de tendencia. No obstante, los expertos señalan que tener a la primera dama de los Estados Unidos plantando su huerto de la Casa Blanca, haciendo gimnasia con los niños de los más diversas escuelas públicas, consiguiendo que un puñado de chef cocine y hable de comida saludable, entre una serie de publicitadas y mediáticas acciones, ha ayudado a que la gente tenga el tema de la buena alimentación en la cabeza.

Y como nuestra Primera Dama ya lanzó su campaña “Elige Vivir Sano” (lástima que aún no haya sitio web) donde unos de sus pilares es la sana alimentación, me tomo el atrevimiento de sugerir algunas ideas ya probadas en el mundo, y, lo mejor de todo, en Chile, con mucho éxito.

  1. Un huerto orgánico en el Kilómetro Cero. Asi és. En el corazón de La Moneda. Un espacio verde en medio del cemento y la contaminación, un huerto que permitiría recibir a niños todo el tiempo y le mostraría a las personas que comer bien es posible también en lugares pequeños, en casas de subsidio, en la altura de un departamento.. Las ciudades más desarrolladas los construyen en asoteas, plazas, sitios abandonados, espacios comunes.
  2. Red de Colegios Verdes. El añorado kiosco saludable que todos los padres queremos tener en los colegios de nuestros hijos sólo funcionará sin en ellos no se vende comida chatarra. Una manzana y una bolsa de papas fritas conviviendo en una misma respisa solo asegura el fracaso.
    Hay establecimientos que ya dieron el paso más difícil. Unos han eliminado todo tipo de kioscos, otros se han puesto exigentes sobre el tipo de comida que debe venir de la casa y otros han dejado que funcionene kioscos 100% saludables. Tomemos la experiencia que, aisladamente,  se ha aplicado a fuerza de la pura voluntad de un puñado de directores de avanzada y armemos una Red de Colegios Verdes que difunda las bondades de “cambiarse de bando”.Los problemas de obesidad podrían comenzar a disminuir con una campaña que promueva el cambio en el tipo de alimentación.
  3. Un huerto orgánico en cada escuela pública. Está demostrado que los niños que tienen acceso a un huerto escolar logran aprender con mucha más fuerza los motivos de una sana alimentación. Esto, además de una serie de otras lecciones: la responsabilidad, el cuidado de un ser vivo, el trabajo duro y en equipo para obtener resultados, la importancia de las estaciones. Aquí la experiencia mundial es amplia. Filipinas acaba de anunciarlo como política de Estado para sus colegios y en California es conocido el trabajo hecho en una serie de escuelas públicas urbanas por la chef Alice Waters. En Chile no nos quedamos atrás!!!

El terremoto nos permitió armar un huerto y un invernadero en el nuevo colegio de la Isla Juan Fernández. Tiempo después levantamos lo mismo en la sede de la Fundación La Familia en Curicó y durante febrero de este año, de la mano de la Fundación Miguel Kast, se levantó otro en la escuelita de la localidad de Chanco.

En los tres casos los resultados han sido alentadores. Niños plantando semillas, niños llevando el conocimiento aprendido a sus casas, niños interesados en usar sus horas libres cuidando el huerto, profesores enseñando  biología, física, química e, incluso, historia. Todo dentro de una verdadera sala 3D. ¿Cuál? Un Huerto Orgánico.

Fuente: Por Cristina Goyneche,

http://www.guioteca.com/comida-organica/obesidad-infantil-un-problema-aun-sin-solucion/